viernes, 6 de mayo de 2011

FUNCIÓN MOTIVADORA Y ORIENTADORA DE LA EVALUACIÓN.

FUNCIÓN MOTIVADORA.
¿Qué es la motivación?
Es una atracción hacia un objetivo que supone una acción por parte del sujeto y permite aceptar el esfuerzo requerido para conseguir ese objetivo. La motivación está compuesta de necesidades, deseos, tensiones, incomodidades y expectativas.
Su función está relacionada a los tipos de motivación:
Motivación relacionada con la tarea, o intrínseca.
La asignatura que en ese momento se está estudiando despierta el interés. El alumno se ve reforzado cuando comienza a dominar el objeto de estudio.
Motivación Extrínseca:
Es extrínseca cuando el alumno sólo trata de aprender no tanto porque le gusta la asignatura o carrera si no por las ventajas que ésta ofrece.
Contraria a la MI, la motivación extrínseca pertenece a una amplia variedad de conductas las cuales son medios para llegar a un fin, y no el fin en sí mismas.
  Indicadores que permiten desarrollar la función motivadora.
   Relación de la materia con el campo profesional del maestro
 Forma de interacción y motivación del profesor
Organización de actividades con propósitos definidos
  Estimulación del razonamiento
Estudiantes motivados por alcanzar una meta.
  Orientación de la ansiedad
estudiante.

  
FUNCIÓN ORIENTADORA.
Permite al alumno tomar conciencia de su aprendizaje y, a partir de ahí, implicarse más en el mismo, a la vez que ayuda al profesor a introducir los cambios necesarios en la enseñanza, actividades de apoyo y refuerzo.
CARACTERÍSTICAS:
      Esta función está íntimamente ligada al momento de evaluación inicial y a los efectos que    de ella se extraen: diagnóstico y pronóstico
     Dentro de esta función orientadora se tiene en cuenta el diagnóstico por su doble papel orientador.
Los datos que a través de la evaluación diagnóstica se puedan obtener son muy importantes acerca de las características familiares, físicas y emocionales en nuestros educandos. Según se trata del aprendizaje o la enseñanza, la evaluación cumple unas funciones claras y determinantes en nuestro sistema educativo.
Esta función debe servir para reconducir el proceso tanto por parte del profesorado como del alumnado, orientándolo hacia las metas previstas, desde una perspectiva de mejora.
Evaluar no es sólo conocer lo que ocurre o reconocer los errores, problemas o deficiencias, sino que lo verdaderamente importante de la evaluación es su posibilidad de reconducir el proceso con miras a la mejora.

profesor orientando a sus alumnos.
El docente orienta hacia un camino a sus estudiantes.







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